lunes, 19 de marzo de 2018

SOUNDCLOUD "EL MONTE DE LAS ÁNIMAS"


Enlace a Souncloud a la recitación de la leyenda "El Monte de las Ánimas", junto a mis compañeros Álvaro García, Gabriel González y Bernardo Valenzuela.

https://soundcloud.com/cristina-quesada-marroquino/leyenda-el-monte-de-las-animas-1

COMENTARIO NARRATIVO "EL MONTE DE LAS ÁNIMAS"



En este comentario de texto narrativo vamos a hablar de la leyenda El Monte de las Ánimas, escrita por Gustavo Adolfo Bécquer (Sevilla, 1836-1870), poeta y narrador español perteneciente al movimiento del Romanticismo, un movimiento cultural y artístico que se desarrolló en Europa y América durante el siglo XIX, y que además, se caracteriza por ser la época en la que más suicidios hubo.

Bécquer, hijo y hermano de pintores, careció de grandes lujos en su vida, pues murió al igual que nació, pobre, y desdichadamente, su infancia fue triste ya que quedó huérfano a los 10 años de edad. Su estilo era posromántico e intimismo, y destaca por sus famosas rimas y leyendas, en las cuales muestra una gran musicalidad, sencillez y sensibilidad en la expresión. Algunas de sus grandes obras son Desde mi celda (1864), Los ojos verdes (1861), El rayo de luna (1862)..., pero como ya he dicho anteriormente, en esta ocasión vamos a hablar de El Monte de las Ánimas.

La obra fue escrita en el Romanticismo, y publicada concretamente el 7 de noviembre de 1861. Se trata de un texto de género narrativo, ya que nos encontramos un narrador que cuenta determinados hechos que les suceden a unos personajes (Alonso y Beatriz, l.70), en un lugar (el monte de las ánimas, l.13) y tiempo determinado (siglo XIX), y da respuesta a qué sucede. En cuanto a subgénero, es una leyenda, pues se trata de una narración popular que cuenta un hecho real o fantástico, adornado con elementos fantásticos del folclore.

El tema principal de la obra es la venganza de los difuntos (por las ironías de Beatriz). Además, también se tratan temas de sociedad.

La historia comienza cuando Alonso y Beatriz, junto a sus padres y pajes, inician el camino hacia la cacería, pero poco antes de que llegue la noche, Alonso decide retirarse a la ciudad, ya que se encuentran en el Monte de las Ánimas y no es un lugar seguro siendo ese día, el día de todos los Santos. Durante el camino, Alonso le cuenta a Beatriz la historia del Monte de las Ánimas, y a pesar de que él lo cuenta con mucha seriedad, Beatriz se lo toma a broma ya que no cree en leyendas ni historias de espíritus. Al llegar a casa, Beatriz le pide a Alonso que vaya a dicho monte a recuperar su banda azul, la cual iba a darle como presente y se le calló en el monte. Finalmente Alonso decide ir al monte, y al pasar las horas y ver que no regresa, Beatriz empieza a alarmarse. Durante esa noche, Beatriz no dejó de oír ruidos, voces que la llamaban, sonidos de las campanas…pero aun así, consiguió dormirse. Al despertar a la mañana siguiente, Beatriz encontró su banda azul llena de sangre, y cuando fueron a comunicarle la muerte de Alonso, despedazado por los lobos, la encontraron a ella muerta también, muerta de horror.
            
        En cuanto a la organización estructural, el texto está formado por 239 líneas (sin contar el título), divididas en 57 párrafos, y está dividido en 4 partes: la introducción, donde Bécquer explica por qué escribió la leyenda, l.1-10; el planteamiento de la historia, cuando Beatriz y Alonso están en el monte de cacería, l.11-63; la progresión o nudo de la historia, cuando Alonso y Beatriz se van a dar los presentes y Alonso va al monte a buscar la banda de Beatriz, l.64-166; y por último, el desenlace, cuando Beatriz encuentra la banda con sangre y muere, y se descubre que Alonso murió a manos de los lobos, l.167-239.
            
           Generalmente estamos ante una estructura normal (introducción, nudo y desenlace), solo que encontramos 2 introducciones. La primera, en la que Bécquer explica por qué escribió la obra, y la segunda, que es la introducción de la obra.

Como elementos lingüísticos característicos de este tipo de textos observamos la abundancia de verbos de acción y movimiento (despertó, l.1, acaeció, l.7, narró, l.28, estalló, l.37, declaró, l.49, perdió, l.63, mordió, l.101, dibujó, l.144, lanzó, l.210…), verbos en presente (he escrito, l.7, estamos, l.13, ignoras, l.20, has venido, l.21, se oye, l.52…), en pretérito perfecto: (fermentó, l.37, llevó, l.44, quedó, l.46, concluyó, l.60, exclamó, l.78, reveló, l.84…) y en pretérito imperfecto: (sentía, l.8, duraba, l.28, llamaban, l.41, miraba, l.71, sujetaba, l.89, pensaba, l.120, crujía, l.146, gemía, l.179…).

Como texto narrativo presenta unos elementos estructurales propios: narrador, personajes y marco (espacio y tiempo). El narrador es la voz que cuenta la historia dentro del relato, en este caso encontramos dos narradores, el primero es el propio autor del texto y lo encontramos en la introducción (“La noche de difuntos me despertó a no sé qué hora…me decidí a escribirla, como en efecto lo hice”, l.1-6),y el segundo es un narrador en 3º persona, lo que podemos comprobar por el uso de verbos en 3º persona (precedían, l.26, reservaban, l.38, llegaban, l.61, referían, l.74, habían, l.182…), objetivo y omnisciente, ya que no solo cuenta lo que ve, sino también lo que sienten y cómo se sienten los personajes (“Yo la oí en el mismo lugar en que acaeció, y la he escrito volviendo algunas veces la cabeza con miedo cuando sentía crujir los cristales de mi balcón…”, l.7-9, “El acento helado con que Beatriz pronunció estas palabras turbó un momento al joven, que después de serenarse dijo con tristeza…”, l.97 y 98).

En cuanto a los personajes, debemos decir que todos son reales, y quizás, podríamos contar a las “ánimas” como elementos fantásticos. Los personajes principales son Alonso y Beatriz, y los secundarios los condes de Borges y Alcudiel, los padres de Alonso y Beatriz, los pajes, los caballeros, los nobles, el rey, las ánimas…, que aunque no son personajes muy destacados, aparecen repetidamente en el texto (ánimas, l.13, 17, 30, 53, 58, 125, caballeros, l.36, 66, el rey, l.48, 129, entre otros). Aunque tanto Beatriz como Alonso son los personajes protagonistas, podríamos decir que en cierto modo, Beatriz es el personaje antagonista, ya que manipula a Alonso, que se deja llevar por el amor, para que vaya al monte de las ánimas y esto da lugar al desenlace trágico de la obra. Ambos son personajes individuales. Alonso es un personaje plano, ya que no evolucionan a lo largo del texto, y Beatriz es un personaje redondo porque pasa de no creer en historias de fantasmas a asustarse por ellos. Los personajes se caracterizan directa e indirectamente; indirectamente cuando el narrador transmite la información (“Los pajes se reunieron en alegres y bulliciosos grupos”, l.24, “Los servidores acababan de levantar los manteles”, l.64), y directamente por el diálogo y el comportamiento de los personajes (“-¡En esa capilla ruinosa! ¡Bah! ¿Quieres asustarme?”, l.19, “-Ese monte que hoy llaman de las Ánimas, pertenecía a los Templarios, cuyo convento ves allí, a la margen del río”, l.30 y 31).

Como último elemento estructural, encontramos el marco (espacio y tiempo). El espacio principal donde se desarrolla la historia es en el monte de las ánimas, un espacio exterior, aunque también las últimas escenas se desarrollan en los aposentos de Beatriz, un espacio interior. En cuanto al tiempo interior, es decir, el tiempo que duran los acontecimientos narrados en la historia, observamos que es de un día entero más el amanecer del siguiente, y en cuanto al tiempo exterior o histórico, es decir, la época o momento en que se sitúa la acción, como ya dijimos anteriormente, es el Romanticismo, siglo XIX (Edad Media).

A continuación vamos a analizar las tipologías textuales empleadas en el texto.           
La tipología principal que encontramos es la narrativa, puesto que estamos antes un texto de carácter narrativo, lo que observamos por el uso de verbos en 1º y 3º persona de acción y movimiento, en presente, pretérito perfecto e imperfecto (los cuales ya hemos mencionado anteriormente).

Otra tipología textual que se da, y que encontramos en gran parte del texto, es la descripción (“su tañido monótono y eterno”, l.2, “Los Templarios eran guerreros y religiosos a la vez”, l.31 y 32, “Los ciervos braman espantados, los lobos aúllan, las culebras dan horrorosos silbidos…”, l.55 y 56, etc.). Observamos el empleo de una serie de elementos lingüísticos propios de la descripción. Por un lado encontramos el abundante uso de sustantivos (tañido, l.2, grupos, l.24, caballos, l.25, Orden, l.36, costumbres, l.80, corte, l.85, pensamiento, l.112, cráneos, l.139, vibraciones, l.177, fuente, l.212…), y por otro lado, el uso de adjetivos, los cuales corresponden a los sustantivos (monótono y eterno, l.2, alegres y bulliciosos, l.24, magníficos, l.25, nueva y poderosa, l.36, toscas y guerreras, l.80,  francesa, l.85, diabólico, l.112, amarillentos, l.139, lentas, sordas, tristísimas, l.177, lejana, l.212…).

También destaca el empleo del diálogo. El narrador deja que sean los personajes los que hagan avanzar la historia a través de sus intervenciones (estilo directo). Para ello se utilizan los guiones (“-¡Tan pronto!”, l.14, “-Ese monte que hoy llaman de las Ánimas, pertenecía a los Templarios…”, l.30, “-Tal vez por la pompa de la corte francesa, donde hasta aquí has vivido”, l.85, “-¡Se ha perdido!, ¿y dónde?”, l.122”). Otro elemento característico del diálogo son los verbos de habla o pensamiento (exclamó, l.78 y 113, contestó, l.93, pronunció, l.97). Además, se usan distintas entonaciones, como por ejemplo la interrogación (“¿Te acuerdas cuando fuimos al templo a dar gracias a Dios…”, l.87-89, “-¿Por qué no?”, l.113, “-¿Te acuerdas de la banda azul que llevé hoy…?”, l.117 y 118) y la exclamación (-Pues…¡se ha perdido!, l.120, “-¡Alonso! ¡Alonso!, l.158, “-¡Bah!, l.199).

Ahora, vamos a analizar las relaciones semánticas que encontramos en el texto. Encontramos una gran variedad de sinónimos, palabras que tienen el mismo significado que otras (difuntos y muertos, l.18 y 53, miedo, horror, terror y temor, l.8, 140, 201 y 217, cadáveres y esqueletos, l.47 y 57, ánimas y espectros, l.58 y 75, hábitos y costumbres, l.80, memoria y recuerdo, l.87 y 110, batalla y combates, l.46 y 130, fosas y tumba, l.140 y 239…) y antónimos, palabras que tienen un significado opuesto a otras (noche y día, l.1 y 12, caballo y yegua, l.5 y 21, amigos y enemigos, l.50, madres e hijos, l.26 y 45, alegres y triste, l.24 y 77, jóvenes y viejas, l.103 y 104, ruidos y silencio, l.194 y 195…).

También podemos ver la repetición de ciertas palabras a lo largo del texto (noche, l.1, 9, 52, 74, 232, campanas, l.2, 18, 106, 137, 165, 177, 214, ciudad, l.12, 33, 37, 61, 128, monte, l.13, 18, 30, 46, 48, 50, 53, 125, 138, 148, 232, ánimas, l.13, 17, 30, 53, 58, 125, 138, 140, 164, 232, capilla, l.19, 53, 235…).

Sobre todo, abundan los campos semánticos, conjunto de palabras con significados relacionados. Tenemos campos semánticos de ciudades (Soria, Castilla y Roma, l.3, 95 y 129), de la religión (Santos, oración, capilla, convento, religiosos, templo, Dios, rezos, iglesia, oratorio, l.13, 17, 19, 31, 32, 88, 172, 182), de animales (caballo, yegua, fieras, lobos, ciervos, culebras, perros l.5, 21, 44, 47, 55, 56,138), de miembros de la familia (hijos, madres, prima, padre, l.26, 45, 78, 91), de partes del cuerpo (labios, cabellera, manos, pie, frente, cabeza, corazón, mejillas, oído, ojos, l. 84, 91, 96, 153, 154, 162, 203), de colores (azules, amarillentos, blancos, l. 72, 139, 141), de nombres (Beatriz, Alonso, Juan, l.26 y 138), entre otros. También abundan las familias léxicas, conjunto de palabras que provienen de una misma palabra primitiva, por lo que todas ellas tienen el mismo lexema o raíz (caballo, caballeros, cabellera, cabellos, l.5, 36, 91, 141; cazadores, caza, cazar, l.12, 38 y 43; fría y friolera, l.83 y 149; triste, tristeza, tristísimas, l.77, 98 y 177; helado y helar, l.96 y 140; alejaba y lejos, l. 160 y 178; terror y aterrada, l.201 y 205…).

También podemos encontrar gran variedad de recursos literarios, como la elipsis (“sea de ello lo que quiera”, l.10, donde se omite la leyenda), el paralelismo (“-¡En el Monte de las Ánimas…en el Monte de las Ánimas!,” l.125 y 126), la comparación (“¿soy yo tan miedosa como esas pobres gentes, cuyo corazón…”, l.200 y 201, “como” es lo que indica la comparación), la metáfora (“Una vez aguijoneada, la imaginación es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarle de la rienda”, l.4 y 5) y por último, encontramos la onomatopeya “Bah”, repetida en las líneas 19 y 199.

En cuanto al tipo de oraciones, encontramos la enunciativa (“Los pajes se reunieron en alegres y bulliciosos grupos…”, l.24, “Mientras duraba el camino, Alonso narró en estos términos la prometida historia”, l.28 y 29), la imperativa (“-Atad los perros; haced la señal con las trompas para que se reúnan los cazadores, y demos la vuelta a la ciudad”, l.11 y 12), las oraciones interrogativas (“¿Quieres asustarme?”, l.19, “¿Lo quieres?”, l.92, “¿Quieres aceptar el mío?”, l.100) y las oraciones exclamativas (“¡En esa capilla ruinosa!”, l.19, “¡Qué locura! ¡Ir ahora al monte por semejante friolera!”, l.148 y 149…).

Para concluir, vamos a hablar de las funciones del lenguaje que se dan en el texto. La función del lenguaje que predomina es la informativa (“Los pajes se reunieron en alegres y bulliciosos grupos…la comitiva a bastante distancia”, l.24-27, “Los servidores acababan de levantar los manteles; la alta chimenea gótica…azotaba los emplomados vidrios de las ojivas del salón”, l.64-68). Otras funciones que se dan son la expresiva (“-¡En esa capilla ruinosa! ¡Bah! ¿Quieres asustarme?, l.19, “¿A qué ocultártelo?, tengo miedo”, l.137), la poética (“Una vez aguijoneada, la imaginación es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarle de la rienda, l.4 y 5) y la apelativa (“¡Tan pronto!, l.14, “¡Alonso! ¡Alonso!, l.158).

          Tras analizar detenidamente el texto, podemos comprobar que sí se trata de un texto narrativo ya que cumple todos los requisitos propios de este tipo de textos.




jueves, 15 de marzo de 2018

TARJETAS CANVA (LÍNEA DEL TIEMPO)

TARJETAS CANVA (LÍNEA DEL TIEMPO)







OTRO FINAL PARA LA LEYENDA "LA PEÑA DE LOS ENAMORADOS"



OTRO FINAL PARA LA LEYENDA DE LA PEÑA DE LOS ENAMORADOS

Cuenta la leyenda que en Antequera, límite fronterizo de la España cristiana, un joven cristiano, Tello, cae prisionero en una localidad próxima. La hija del mandatario moro de esta localidad, Tagzona, va por curiosidad a los calabozos en los que se encuentra con Tello. Ambos, al verse por primera vez, caen enamorados y deciden marcharse para poder amarse, ya que en esos tiempos, no se les permitía contraer matrimonio a parejas de distintas creencias.

Tello y Tagzona consiguen salir de la cárcel, pero son descubiertos por los guardias que, con el padre de Tagzona al frente, salen a su captura. Huyendo de los moros, los jóvenes llegan a un peñón en las entradas de la ciudad de Antequera, y deciden subir a lo alto de él. Ambos se miran, se cogen de la mano, y se colocan al filo de la cima. No tenían otra escapatoria más que rendirse y ser separados, y preferían morir juntos antes de que eso sucediera. El padre de Tagzona, al ver que su hija estaba al borde de la muerte, decidió ceder y darle la libertad de estar con su amado, aunque para ello tuviese que romper las reglas e ir en contra de sus normas. El sacrificio que estaban dispuestos a hacer Tello y Tagzona fue la mayor prueba de amor vista hasta el momento, y tras ese momento y con el paso de los años, el perfil de la Peña de los enamorados tomó la forma de la cara de una mujer, lo que nos recuerda la bonita historia de amor que vivieron los jóvenes.

EXPERIENCIA CON LA ASOCIACIÓN ALES

EXPERIENCIA VISITA A LA ASOCIACIÓN ALES

      Por fin llegó el día que desde hace unas semanas llevábamos esperando. Con nervios, pero sobre todo muchas ganas, el pasado día 28 de febrero, mis compañeros y yo nos desplazamos hasta el hospital de Jaén, donde vivimos una nueva experiencia que nos enseñó cosas maravillosas. En el jardín de los sueños, una habitación del hospital creada para niños enfermos, conocimos a un grupo de adolescentes que nos contaron su experiencia con el cáncer, y con los que pasamos una gran tarde de juegos y charlas.

     Aprendimos muchas cosas con ellos, pero he de destacar que por encima de todo, esos chicos me enseñaron a valorar la vida. A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos, y en muchas ocasiones valoramos más las cosas materiales de lo que deberíamos hacerlo. El mayor privilegio que tenemos es la vida, y debemos aprovecharla porque no sabemos en qué momento nos puede ser arrebatada. Para mí, esos chicos son un ejemplo a seguir, y tienen toda mi admiración.

BÉCQUER: RIMAS Y LEYENDAS


APUNTES RIMAS:


RIMA III
1º estrofa: inspiración, 2º razón, 3º: el poeta une las dos ideas / Son dos aspectos constractorios / Sólo el poeta puede unir los dos aspectos / Tres estrofas / No hay rima / Suelen ser heptasílabos.

RIMA IV (habrá poesía)
5 estrofas / La 1º estrofa: 4 versos, las demás de 8 / Octosílabos y endecasílabos / Rima asonante “ia”, riman los pares y los impares quedan sueltos / La poesía siempre existirá aunque no haya poetas, porque la poesía se refleja en las cosas (las rosas, los atardeceres, las mujeres bonitas) / La 2º estrofa se centra en la primavera, la 3º en la ciencia, los misterios del hombre, la 4º en el amor, en la 5º se centra en la mujer / Utiliza la anáfora y el paralelismo (“mientras”, al principio de los versos).

RIMA V
Yo lírico: poeta, el poeta lo es todo, puede viajar por el mundo con su mente y puede encontrar cualquier elemento para convertirlo en poesía / Versos cortos.

RIMA VI
Se compara él mismo con el arpa, está dormido y espera a que alguien venga y haga salir sus palabras para que pueda escribir / 3 estrofas, cada una de 4 versos / Riman los pares, rima asonante / Los versos son heptasílabos y endecasílabos.

RIMA IX (2: X)
Describe cómo nos sentimos cuando estamos enamorados con elementos de la naturaleza / Se habla del amor como algo bonito y favorable para nosotros.

RIMA XI
Diálogo entre el yo poético con 3 personajes / Primer personaje: mujer apasionada, segundo personaje: mujer tierna (la pasión frente a la ternura), tercer personaje: podría ser un prototipo de mujer idealizada que no existe realmente / Versos endecasílabos y octosílabos / 4 estrofas que terminan a modo de pregunta / No tenemos una rima conocida, pero si hay regularidad en la métrica utilizada (A, B, A, -, C…).

RIMA XII
Poema a modo de estribillo / Se describe el aspecto físico de la joven con metáforas / El verde está en determinados elementos bonitos de la naturaleza.

RIMA XIII
Anáforas y estructuras paralelísticas (se repite el paralelismo en las primeras estrofas).

RIMA XXI (¿Qué es poesía?)
Todos somos poesía, todos tenemos algo que transmitir.

RIMA XXIII
Anáforas a principios de los versos / Paralelismos.

RIMA XXIV
Compara elementos de la naturaleza con nuestras almas)

RIMA XXX
Una pareja rompe y ninguna de las dos personas hace nada por impedirlo / 8 versos, 2 estrofas / Versos endecasílabos (a veces 12 sílabas) / Rimas pares, asonante (al estilo del romance).

RIMA XXXI
2 estrofas de 4 versos cada una / Versos endecasílabos y heptasílabos (cuando la palabra es esdrújula se suma una) / Una pareja rompe y el hombre sufre más que ella, por lo que podemos pensar que la que terminó con la relación fue la mujer / Rimas pares y asonantes (hay versos de arte mayor y menor pero se ponen las letras en minúscula / Se compara su historia/vida con una obra teatral, una fábula.

RIMA XXXIII
El orgullo a veces nos impide hablar o evitar una tragedia.

RIMA XXXIV
La mujer se puede olvidar de todo fácil y rápidamente.

RIMA XXXVII
Idea del amor más allá de la muerte / Paralelismo (allí), anáforas, interrogación retórica (preguntas retóricas) / Rima par en asonante / Versos endecasílabos y heptasílabos / Versos a modo de estribillo.
RIMA XL
No se conocen realmente, hay una máscara que oculta su ser.
RIMA XLI (No pudo ser)
Todas las estrofas se cierran con versos a modo de estribillo (y exclamación) / 3 estrofas, 12 versos, 4 versos en cada estrofa / Versos endecasílabos y cerramos con versos pentasílabos / Rima par y asonante / Versos de arte mayor y menor / Se comparan a dos persona que chocan con elementos de la naturaleza / Uso de metáforas (huracán, alta torre, océano…) / Paralelismo y anáforas / Último verso a modo de estribillo.

RIMA XLII
Elementos de la naturaleza se emplean para hablar de estados anímicos / Tras una traición se produce una mezcla de sentimientos (aparece la idea de matar).

RIMA XLIII
Idea del dolor, el dolor nos hace envejecer.

RIMA XLIV
Los hombres no lloran, las mujeres sí. En el romanticismo se muestra hombres más débiles que sí lloran.

RIMA XLVII
Se comparan elementos con un corazón triste, oscuro, con dolor / Corazón que ha sufrido o que no tiene sentimientos / Versos endecasílabos y octosílabos / versos de arte menos y mayor / Rima par y asonante.

RIMA XLIX
Mujer fría, altanera, caprichosa…no hay sentimientos en su corazón / Metáforas.

RIMA LI
Versos terminados en forma de estribillo / Elementos de la naturaleza con los que el poeta quiere morir (tempestad, tormenta) / Paralelismos / El miedo a la soledad y el dolor llevaba al suicidio.

MI RECITACIÓN RIMAS IV Y XXXVIII:
https://soundcloud.com/cristina-quesada-marroquino/rima-xxxviii-becquer
https://soundcloud.com/cristina-quesada-marroquino/habra-poesia


APUNTES LEYENDA


-Se habla de la chica negativamente, ya que intuimos que podría usar su belleza para conseguir determinadas cosas.

-Hasta el 3º párrafo no sabemos quiénes son, tan solo se habla de él y ella. Primero se hace alusión a él o ella y después se dice el nombre. Tal vez se pretenda inspirar intriga.

-Ruptura de la estructura normal: se empieza describiendo a los personajes, a ella la describe físicamente y de él describe sus sentimientos. Lo importante de la mujer era la belleza, y lo importante del nombre son sus sentimientos y su forma de ser.

-Visión de la mujer: todas eran extravagantes y caprichosas – visión negativa
Visión del hombre: supersticioso y valiente

-Las leyendas parten de un hecho o un elemento real, que posteriormente se adorna y rellena con elementos ficticios.

-Intuimos que es una historia que ocurrió hace años pero se sigue transmitiendo de generación en generación (tradición).

-Bécquer es alguien ajeno a la historia, no añade nada (narrador observador).

-Rasgos del dialogo: guiones / narrador que introduce a los personajes / uso de la primera persona / pronombres personales de 1º y 2º persona propios de textos dialogados (tu y yo) / tiempos verbales sobre todo en presente y también en pretérito imperfecto y futuro / distinto tipo de oraciones (exclamativas, enunciativas, interrogativas…) / Funciones del lenguaje: apelativa, informativa, poética y sobre todo expresiva / Frases inconclusas (…).

-La gran pena de la mujer era que al rezar su vista se iba a un elemento de oro de la virgen / Por las noches soñaba con una mujer morena que poseía ese elemento.

-Mujer rubia frente a la morena: la morena chincha a la protagonista (es más mala, con más carácter, y la rubia es la buena).

-Ella quería la pieza del oro y él debía dársela porque la amaba (de ahí que ella era caprichosa).

-Utilización de anáforas (figuraos).

-Encontramos la fantasía en los elementos de la iglesia: no pueden bajar y ponerse ante él.

-El amor puede llevar a la locura – Pedro acaba volviéndose loco.