sábado, 17 de febrero de 2018

SCRATCH (DIÁLOGOS)


G: ¡Mariano, apreciado amigo! ¿Cómo te va la vida?
M: ¡Hombre, Bécquer! He de decir que estoy pasando por un gran momento en mi carrera, hace apenas unos días que publiqué mi última novela histórica, “El doncel de don Enrique el doliente”.
G: ¡Una maravilla de obra! Tuve el honor de leerla el mismo día que fue publicada, mi más sincera enhorabuena.
M: Qué gran dicha oír eso, ¡me alegro amigo!
G: Quisiera yo, si no es mucho pedir, leer más acerca de tus grandes obras. ¿Podría ser posible?
M: ¡Oh cielos, faltaría más! Por supuesto. Sería un orgullo para mí que uno de mis compañeros más preciados y prestigiosos en el mundo de la literatura leyese mis obras y me diese su opinión.
M: Aquí te dejo el link de mi nuevo artículo periodístico: www.vuelvaustedmañanaporlarra.com
G: Le echaré un vistazo tan pronto como me sea posible.
(20 minutos después…)
G: En este mismo instante pongo fin a la lectura del artículo y, realmente, he quedado un tanto perplejo.
M: ¡Oh! ¿Y a qué se debe tu desconcierto?
G: Bajo mi punto de vista, es un escrito que se sale de lo normal, ya que toca temas de política y sociedad, profundizando en los males por los que pasa España.
G: Esto es algo que me inquieta a la hora de leer, ya que al leer me gusta sumergirme en un mundo más bonito y sin males ni preocupaciones, como mis poesías, que en su mayoría tratan de amor.
M: ¿A dónde quieres llegar con esto, Bécquer?
G: Lo que te quiero hacer ver, querido amigo, es que si una persona se sumerge en la lectura para evadirse de la realidad, y lo que lee le muestra aún más preocupaciones, dicha persona podría caer en una depresión.
M: ¡Cierto es! Quizá por esto se caracteriza el Romanticismo como la época de los suicidios.


No hay comentarios:

Publicar un comentario